lunes, 17 de junio de 2013

Biruji


Photo by @SOLGARTARR

De las noches de junio me mola el biruji. Ése que de repente te roza los hombros y se te traslada a todo el cuerpo. Ése que, a pesar del escalofrío, es agradable en realidad, pues parece que lo necesitabas tras un día de mucho calor, sudor y pringosismo. Ése que se mete por la ventana justo antes de dormir y parece que te salva la vida. Y ése que, por las mañanas entra al salón de casa junto con el piar de los pajaricos. Y es que por fin, a mitad de mes que estamos ya, “es junio”, me dije mirando al cielo la otra noche en la terraza del Atomic. Que ya podían decir los agoreros que no íbamos a tener verano este año y muchos empezábamos a creérnoslo pues parecía que no llegaba este calor tan típico nuestro. Pero no, por fin, aquí está.

Así, al volver del trabajo entre semana, el biruji invita a salir aunque al día siguiente madruguemos. Una escapada a un concierto en la sala CAM que se corona con unos zagalicos y unas cañas de Los Zagales, unas catalanas de Los Navarros, unas almejas en el Egea o unos simulacros en el Jesuso. Mi escapada favorita en esta época, sin embargo, es la del Quitapesares, donde el pasado martes, debió de ser el biruji y el necesario desahogo de los exámenes y el fin de curso, que al final nos acabamos dando un señor homenaje gastronómico bajo las estrellas mirando a Murcia. El mismo que se dieron los mosquitos en nuestros pies, brazos y espalda. 

Con todo y con eso, las noches de junio en una terraza son quizá mis preferidas. Que ya podemos hablar de lo que sea, que se te olvidan todos los males. Un algo bien frío y un grupo de amigos, y que se mueran los feos. Los principales temas de conversación: los exámenes, la abandonada operación biquini, las series de televisión y las anécdotas de la semana. Sin embargo, en la recta final del curso, el tema que nunca falta son los viajes, tanto los anteriores como los planes para este julio y agosto que están aquí ya, que parece que la cuenta atrás hacia las vacaciones va más rápida. Y es que lo pienso y me vuelve el biruji: por fin viajes, conciertos, festivales, los felices días de playa, y la esperanza de que en cualquier momento todavía pueda salir otro planazo improvisado.

En junio de toda la vida también me ha gustado mucho escaparme a la playa, no sólo por empezar a fardar de los primeros baños de la temporada y de bronceado, sino porque a mí me parece que la playa hasta huele distinto. Será el biruji, seguro. Este fin de semana lo volveré a intentar, y con un poco de suerte, cuando leáis esto, estaré mostrando mi blanca barriga a Lorenzo, con los pies, que fotografiaré y subiré a las redes sociales, hincados en la arena. Y es que el pasado domingo no pudo ser. Cuando llegué, mis amigas se protegían con las toallas de la playa de un biruji que más bien parecía un vendaval. El plan de pasar el día entero allí, estrenando chiringuito, tuvo que ser abortado y trasladado a un restaurante del pueblo donde los toldos, dando golpetazos por el viento, no nos dejaban ni hablar ni escucharnos. El consuelo, sin embargo, nos lo traería la dueña del mesón, que soltó un “os pongo unos chupitos” sin consultar con nadie y enseguida apareció con unos mini vasicos de granizado de fresa coronados con nata montada y acompañados de una mini ensaimada de crema. Hablando de biruji.

Junio, mes del calor y los sudores incómodos, mes de estrenos y de cosas que nos dan biruji. Mes del momento biquini y de las quemaduras de sol, mes de me gustan las cerezas (me gustas tú), de sandalias nuevas y cajas de tiritas, de un nuevo número de la revista Müsh! (pobre azafata, por cierto, que calor debió de pasar en su stand de Santa Catalina).

Junio, mes del biruji, lo llamaré desde ahora. Por el nocturno, el diurno, por las sorpresas, los planes y las emociones, pero sobre todo por tu biruji, ése que me das cuando te veo, o incluso, cuando recibo un mensaje tuyo. ¿Te vienes a una terracita conmigo este junio?

2 comentarios:

Sol García Tárraga dijo...

Mil gracias de nuevo por ilustrar tu artículo con mi foto: todo un honor!
La playa, en junio, huele distinto, mejor, doy fe de ello!;)
Aunque de nuevo el finde quede a años luz..., así que por ahora...vamos con el lunes!

Muaks. Sol.

Conch dijo...

Gracias a ti, mujer!
Ánimo, guapa, queda ya nada para hincar los piececicos en la arena otra vez :)
Muax!