domingo, 7 de abril de 2013

Postureo primaveral



Si he notado algún cambio llamativo en estos días de fiesta, ha sido la cantidad de nuevos vocablos que han aparecido en las conversaciones entre mis amistades, familia y en las redes sociales. Lo hipster, el ola ke ase y el escrache, entre otras palabras chulérrimas, han invadido el vocabulario de todos de una manera brutal y muy contagiosa, que hasta el de la camisa las utiliza en su día a día. 

Con la que me quedo yo es con postureo. Postureo de posar y de pose. De hacerte el prota, y sobre todo, sentir que para el mundo también eres importante. No se trata, como veis, de un concepto nuevo, sino del aparentar de toda la vida, fardar, chulearse y hasta fingir que cada momento de nuestra vida es especial, para así, buscar un reconocimiento. Y es lo que tiene vivir en la era de la extimidad, que todo tenemos que documentarlo, a poder ser, en ese mismo instante, que hace que el postureo viva su mejor momento. El “ahora vas y lo cascas” en todo su esplendor. Y posar, especialmente si hay un photocall y decir, sin utilizar una herramienta de geolocalización: “Aquí estoy yo, que lo sepáis”. Esa necesidad de sorprender o de que la gente te admire y suelte un “¡hala, qué guay!”, o respondan con un twit o un cumplido reafirmándote lo chulesco que eres. Lo que comes, lo que bebes, lo que compras o lo que lees y sobre todo dónde estás y qué haces. Que hasta ir al súper del barrio puedes convertirlo en lo más cool mientras estés tú ahí y le pongas el filtro de Instagram adecuado.

Por eso lo hemos vivido de manera tan intensa estas fiestas. Que ya no digo aquellos que han fardado de viaje de Semana Santa, publicando instantáneas odiosas en Miami, Bali o las Islas Mauricio, que también los que nos hemos quedado en Murcia hemos postureado hasta decir basta. Desde el primer nazareno hasta el último paparajote.

Ya este lunes, día de pre-bando, tenía lugar un aluvión de postureo. Desde los que se fueron a la playa hasta los que nos quedamos aquí comprando claveles, esparteñas o incluso un refajo nuevo. La decisión de vestirse de huertano o huertana, la preparación de la vestimenta, planchar o pasar los lazos con un imperdible era publicado en la red como anticipo de lo que pasaría al día siguiente en las calles de Murcia.

Así, desde bien temprano, Murcia mostraba postureo en cada esquina. Los más madrugadores fardaban de caña matutina y los más jóvenes, con su carro tuneado, buscaban hueco en algún parque para empezar el botelleo. Lo más postureo, de siempre, el atuendo huertano. Vayas de lo que vayas, con el traje ortodoxo e impecable, o todo lo contrario, serás protagonista. Este año recordé que, cuando era adolescente y lo cool era vestirse de chico, me sentía la reina del universo por llevar el chaleco azul. Ahora lo mainstream es llevarlo rosa, mientras que las trendsetters lo llevan fucsia, acompañado de shorts, converse y camiseta de tirantes, por ejemplo. Y no les culpo, que querer darle personalidad a tu atuendo es más viejo que el sol. Desde las medias bajadas con deportivos, el sombrero de paja o la chapa del Real Murcia; a las Abarca Shoes de mi amigo L (con sus calcetas amarillas), el borsalino de J o el mini refajo de N, todo es digno de postureo. Engancharte con mil botones por culpa de los flecos, no encontrar sitio para comer, decidir si cambiar de lugar del botelleo y quedarte sin batería en el móvil, es igualmente postureo. Que a la mañana siguiente fardarás de dónde acabaste y a qué hora, y de si tuviste que madrugar o te quedó en la cintura la marca del refajo.

El postureo primaveral murciano es inevitable. No sé cuántos primeros baños de la temporada habréis presenciado o si os han hablado de los famosos con los que se han cruzado por la calle. Esas charangas que no nos han dejado dormir la siesta o los tangas y collares que nos dieron los sardineros. Según @Postureo_, “cualquier cosa que se haga puede ser tachada de postureo, pero no por eso vamos a dejar de hacerla.” Y más aquí en Murcia, donde nuestra vida siempre es especial durante las fiestas de primavera.

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