jueves, 29 de diciembre de 2011

Tarde de Navidad


Poco antes de las 5 de la tarde llegó mi amigo A a Murcia, para tomar el té y pasar una típica noche de Navidad en nuestra ciudad. La conocía ya, pero en primavera y de día, así que esa tarde venía a experimentar todas las maravillas de las que alguna vez le había hablado. Y es que desde que nos conocemos, trece años hace ya, no hay cosa que más me gusta cuando hablo con él, que fardar de lo guay que es vivir aquí y alardear de la vida que tienen las calles de Murcia en esta época. Así que tenía que pasar de las palabras a la acción y demostrárselo in situ. Sin embargo, aunque pueda sonar como una especie de reto, sabía que la tarea iba a estar tiradísima.

Cuando me vio llegar, ataviada con mi abrigo hasta arriba, mis guantes, mi bufanda y quejándome del frío, lo primero que hizo fue reírse de mí. Y es que para un alemán, el frío que hace aquí es una guasa. Le intenté explicar lo del helor que siempre decimos los murcianos o lo de que el frío de aquí te cala los huesos, y seguía mirándome con cara de qué-me-estás-contando. También le dije que la temperatura de aquella tarde era seguramente la mínima a la que llegamos, dato que le maravilló, proporcionándome así un punto a favor de mi Murcia.

De mi barrio salimos envueltos en un halo con olor irresistible a torta de pascua. La primera parada de nuestro tour sería el Mercadillo de Artesanía del Tontódromo, donde mi querido amigo guiri flipó con la gran variedad de productos mientras, yo, como suelo hacer todos los años, me jalaba cualquier cosa que se me ofreciera. Sin miedo, que lo mismo era quesico al vino, que un rosco, que si ahora confitura de tomate y después un trocico de torta de recao. “Qué maravilla ¿no?”, le decía a mi amigo con la boca llena.

De ahí caminamos en dirección a la Catedral, atravesando Santo Domingo y una abarrotada Trapería repleta de paseantes y algún que otro espectáculo de títeres. El Belén municipal fue nuestra siguiente parada. Más bonico que na, le dimos la vuelta sonriendo frente a cada escena. Mi amigo, como buen guiri, hacía fotos con su cámara y yo, como era de esperar, subí mi localización al twitter con el móvil.

Acabamos en el Café Ficciones donde también quedé con L. No hace mucho que abrió este videoclub con cafetería y ya se ha convertido en lugar de recreo de muchos. No sólo por sus pelis, sus cafés y sus tés, sino también por sus talleres, se han hecho pronto un huequito grande en la vida social alternativa murciana. Me han hablado muy bien de sus Tricotardes, que espero probar algún día, aunque tampoco le haré ascos a unas clases de yoga o a un ciclo de cine raro.

Así, entre películas y humeantes descafeinados, compartimos confidencias y planes para estas fiestas. L y yo le contamos a A que lo típico en Nochebuena y Nochevieja es salir de aperitivo largo durante el día y cómo le gustaría la idea, que prometió unirse a las fiestas. Quedó entonces claro que mis alardes eran por algo y se sorprendió cuando le dije que yo esta Navidad no iba a pasarla aquí.

De la Navidad en Murcia me gusta todo esto y más, pero este año cambiaré de escenario. Me guardo para mí las imágenes de mis Nochebuenas anteriores, de los aperitivos en casa de P, y de cruzar la Plaza de las Flores en busca de mis amigas. Cierro un capítulo de mi vida y quiero que estas imágenes felices queden intactas antes de empezar esta nueva etapa. Os echaré un recuerdo en la distancia y os deseo una muy feliz Navidad murciana, ya me contaréis a la vuelta qué tal os ha ido.

Dedicado a mi tía P, por tantas Nochebuenas en su compañía.

4 comentarios:

Antonio Rentero dijo...

No hay forastero que no alucine con el ambiente que se organiza en Murcia en estos días, y eso que algunos ya no salen de su asombro con el ambiente "normal", el marchaperitivo, los 609 y el Eje del Bien (tontódromo-StoDomingo-Catedral).

Sigo diciendo que lo mejor que tiene Murcia es que ni nosotros mismos nos lo creemos, decimos "como aquí no se vive en ningún sitio" pero como pensando que eso lo dice todo el mundo de su pueblo, cuando en realidad en nuestro caso es totalmente cierto.

No tenemos el sobradísmo de las tapas andaluzas o los pinchos vascos o los bares castizos madrileños, que son lo mejor del mundo pero como avasallando a los demás, en nuestro caso es como "¿ves? ¿a que mola?", con un punto de orgullo humilde pq al final nadie se acuerda de Murcia y nos lo creemos.

Pero es que es en Navidad, en Semana Santa, en Fiestas de Primavera, en la Feria de Septiembre... en cualquier viernes...

Antonio Rentero dijo...

Cuánta razón tenía Karabatic con el Murcia No-Typical...

stortosa dijo...

Muy bueno el de hoy, de Murcia todo, aunque el final algo triste, más que triste nostálgico. Siento lo de tu tía.
Felices Fiestas.

Conch dijo...

Veis? a que mola? ;)

Gracias, bonicos.

Me dijeron que la Plaza de Las Flores estaba imposible.

Yo, sin embargo, estuve en el Mercado de San Miguel (Madrid) y se estaba de escándalo. Para las 2:30 ya estábamos hinchaos.

Sí que es verdad que eché de menos las marineras y los caballitos, pero bueno, ya lo tengo al laico de casa todos los días del año. Que no es sólo los viernes, que cualquier martes con sol... (Hoy por ejemplo, he pasado por allí al mediodía y... ¿quién dijo crisis?)