domingo, 30 de enero de 2011

El software


Se volvió loco. Empezó a no hacerme caso, a no responder a mis órdenes. A veces hasta se movía solo, de arriba a abajo, como poseído, hasta que incluso una mañana desaparecieron los iconos de la pantalla. Mi móvil, con menos de un año de edad, había muerto. Era el fin. Y yo sin pasta ni puntos, en plena cuesta de enero. Cabizbaja y sin albergar la mínima esperanza de encontrar un móvil decente, me dirigí a una tienda a estudiar mis posibilidades. “Pregúntale a un técnico primero”- me dijo sabiamente el comercial, no fuera a ser que tuviera arreglo. Así que eso hice, y el técnico, con tan sólo mirarlo, encontró la solución. “Es el software, necesitas actualizarlo”. Y rauda y veloz, sin pensar, le entregué mi móvil, y con él, sin saberlo, parte de mi vida. “Antes de nada ¿tienes algo que quieras guardar o apuntar”. No, pensé, los teléfonos estaban almacenados en la tarjeta así que… Adelante con la actualización, que se me quite esta ansiedad que me produce tener un móvil chalao. Y ahí que el chaval enchufó mi móvil a un cable mágico y tras cinco minutos de espera ya estaba que parecía otro.

Y es que efectivamente era otro. No había salido siquiera de la tienda que ya pude comprobar cómo había desaparecido mi currada configuración personal, la disposición de los iconos, e incluso (¡¿cómo puedo ser tan pava?!) todas las cosas que tenía apuntadas en el calendario: las fechas importantes, mi interminable lista de cosas que hacer, las citas (con el dentista, no lo flipéis). Para una mujer que vive pegada a su agenda era como sentirme desnuda e indefensa.

De repente, recibo una llamada de un número desconocido y lo cojo poniendo voz de mujer estupenda. “¿Cómo que “dígame”?” – la voz indignada de mi amiga G al otro lado. Entonces me di cuenta: ¡había perdido su teléfono! “Ni software ni hardware, tú has borrado mi número, cachoputa.” Al finalizar nuestra amigable conversación fui directa a comprobar mi listín de contactos. Efectivamente, había perdido todos los teléfonos apuntados en el último año. Así, sin pretenderlo, me vi haciendo balance del mismo, intentando listar a todas aquellas personas nuevas en mi vida, las nuevas amistades, los contactos del trabajo, los últimos maromos, recordando incluso todas esas historias frustradas con todos esos mataos cuyo teléfono no tuve la fuerza de borrar en su día.

Entonces, sin quererlo, sentí una especie de liberación. Y al mismo tiempo, una experiencia extra-corporal, pues soñé que los tenía a todos delante y les gritaba desde una montaña, con los brazos abiertos, dedicándoles una mirada perversa a cada uno de ellos: “¡Ya no tengo tu móvil!”.

Ahora no caeré en la tentación de mandar mensajes a tíos que no me quieren ni ver para preguntarles qué hacen el fin de semana. O esos de celos y despecho cuando sienta que un tío me ha abandonado por una más sonsa, más loba o más rubia. O uno de esos mensajes patéticos para recordarles mi existencia (“Me terminado el libro que me regalaste” “Voy a tu pueblo este finde”). Se acabaron los mensajes de plasta, de borracha, de resentida, de necesitada. Voy a dejarme querer, y el que quiera mejillones que se moje el culo. Sonará exagerado pero, con la tontería del software, siento que la vida me da una fantástica oportunidad de cambio.

Lo único que no me mola es que también he perdido el número del pelma aquél que me llamaba para nada. Ese elemento que sólo quería oír mi voz y lo único que hacía era respirar al otro lado del aparato, como los pervertidos. Ése al que no le cogía el teléfono y me llamaba desde el trabajo o desde el móvil de un amigo para pillarme. Yo los tenía todos almacenados, por supuesto (A1, A2, A3...) y ahora no los tengo.

No me mola ni eso, ni cosas como lo que me ha pasado hoy. Por favor, ¿alguien sabe quién me ha llamado a las 8:22 esta mañana? Es para darle las gracias.

11 comentarios:

Cris dijo...

Chica, un lavado de agenda viene bien de vez en cuando!Ademas una al año no hace daño!;-)

Anónimo dijo...

Espero q se te haya borrado el tlf del tipo que te dejó tirada por la rubia la semana pasada... Borrón y SIM nueva!

Anónimo dijo...

A mi me pasó lo mismo hace un par de años, y aunque al principio tuve un momento de pánico, después me di cuenta de todas las ventajas, como lo has visto tu.

La mayoría de la gente la puedes localizar sin problemas (para eso está facebook por ejemplo). Incluso es una excusa estupenda para mandar un email a alguien que te guste y empezar una charlita(por supuesto, en copia oculta para que no se piense que es especial, jeje).

Y si por el camino pierdes un 20% de ex-amigos, ex-ligues o ex-pesados, qué más da!!! Hay que dejar sitio vacio para nuevos amigos...

Hay que ser positiva!!!

Conch dijo...

Cada vez le veo más ventajas a esto. ¡Es una oportunidad que me brinda el destino! y por mucho que estén en facebook o tenga sus emails... ¡No pienso buscar a nadie! (Carne fresca, que se llama)

Marissa Clares dijo...

Tía, por un momento pensé que los clasificabas por el Coche...A2, A3, ya podía ser raro que un tío se llamara Golf...ito.


Nena, yo seguro que no te he llamado a esa hora, mas que nada porque estaba inconsciente!
Y por cierto, no hay actualización que no te haga mas ligera. Piensa que te has quitado unos gramos en forma de K's, como los cereales!


Cuando un tío te entre con una típica frase "pasá de rosca", debería pasar lo mismo, que no se oyese ningun sonido, y que le saliese un letrero en la frente anunciando ...EXISTE UNA NUEVA VERSION MEJORADA , DESEA ACTUALIZAR??

Viswis, Insert verification code.
Show you're not a robot.

Armando dijo...

Cultura es aquello que queda cuando el resto se olvida.
Pues eso, que te vas a volver más culta, si cabe.

Nictea dijo...

Qué buena entrada y qué cierta :)

inma dijo...

Por favor, lo que me has hecho reir Bitterconch,
no cambies

Conch dijo...

Gracias a todos :)

RuZz, di que sí, amiga. Ojalá existiera la posibilidad de hacerle el updating a alguno que otro. Mientras tanto, tendremos que conformarnos con imaginar que les damos un pequeño capón virtual, douh!

Anónimo dijo...

jajjajaja madre mía Conch, estamos sincronizadas, esto es mucha casualidad!!!

Muaks

Conch dijo...

Sí, pero yo no miraré en las facturas del verano... ;)